No era fácil ser un candelero de Cristo en la oscuridad, en una ciudad pagana como la de Éfeso. El conferenciante R. H. Charles comenta que “Éfeso era…una mezcla de cultos idólatras y superstición”.2 El templo pagano de Artemisa (denominada Diana por los romanos) dominaba la ciudad y era considerado como una de las siete maravillas del mundo antiguo. La adoración al emperador (el culto imperial) nació en Éfeso y era deber de cada ciudadano. Además Éfeso
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